miércoles, 3 de febrero de 2016

2015.

Mucho ha ocurrido desde la última vez que escribí. Por solo mencionar algunas cosas en referencia al último post (han pasado casi dos años, lo sé) la franquicia de Divergente se fue por el caño, se publicó Winter, el último libro en el cuarteto de las Crónicas Lunares. Pero no es solo eso, yo he cambiado, o eso me parece. 

En lo que respecta a libros, siento que mi gusto se ha refinado un poco, en el sentido de que a pesar de que sigo eligiendo libros YA, soy un poco más selectiva. Sé mejor lo que me gusta, y entendí y acepté que, a pesar de que un libro sea popular, eso no significa que deba leerlo. Si no quiero, nadie me obliga a hacerlo.  

Durante el 2015 logré, por primera vez, completar mi meta de 52 libros (de hecho leí 54, pero goodreads no permite marcar los libros releídos. Eso es algo que debería cambiar). Leer es algo que realmente amo, es por ello que me gustaría volver a hacer el desafío, pero no estoy segura si mantener el número, bajarlo o subirlo. Lo lógico seria querer leer más, y por supuesto que quiero, pero no sé si seré capaz, quiero hacer otras cosas también. Quiero escribir, quiero pasar más tiempo con mis amigas, quiero descifrar ciertas cosas sobre mi vida. Además, el 2015 partí con una gran lista de libros que quería leer, alrededor de 70, y me ayudó mucho a la hora de no quedarme estancada en el "¿qué leo ahora?" por la primera mitad del año, sin embargo siento que leí tanto de lo mismo que muchos de los libros en esa lista yo no son de mi interés. Esa es una de las razones por las que creo que entré en un reading slump a mediados de año, y gran parte de mis lecturas fueron novelas gráficas.

Básicamente, calidad sobre cantidad... Pero también me gustaría leer al menos 30 libros, ojalá 40. ¯\_(ツ)_/¯ 


Una de las cosas más maravillosas que me ocurrió en el 2015 fue ver a una de mis bandas favoritas, The Maine, en concierto. Si alguno de ustedes tiene la más remota idea de quiénes son, sabrán que siempre después de sus conciertos pasan un tiempo con los fans y saludan, se sacan fotos, charlan un rato, etc. Realmente son extraordinarios y sumamente amables. El concierto en sí fue espectacular, pero nada supera el hecho de conocerlos. No solo fue que salieran después del show, también hubo un meet & greet antes. Por supuesto que me saqué fotos con ellos, pero la calidad no es muy buena porque ya estaba oscuro, y bueno, mi cara tampoco es espectacular (pero ellos salen hermosos, aunque borrosos). Me firmaron un póster, y Kennedy me dio el setlist al final del concierto. 
Dios, me acuerdo que llegando al alojamiento (porque no era en mi ciudad), apenas podía hablar de tanto que había gritado.

Si vienen de nuevo los iré a ver, e intentaré hablar con ellos para algo más que pedirle un autógrafo o una foto, que es todo lo que pude hacer, pero qué esperan, no todos los días conoces a tus ídolos.
Si vienen de nuevo quiero llevarles regalos, quiero decirles más que simplemente "wow you're so tall" a Kennedy, quiero intentar mostrarles todo lo que significan para mí. Y Dios, espero que hayan más de 80 personas (fue deprimente, la verdad, eramos tan poca gente, y ellos se merecen el mundo).

(No publicaré una imagen mía de ellos, pero aquí pueden ver mi pared. El póster de la izquierda lo regalaban y sobrevivió a la lluvia a pesar de ser delgado como papel de diario, el de la derecha es el que hice que firmaran. No es oficial, y me dio un poco de vergüenza porque escuché decir a Kennedy que los hacíamos firmar el merchandising no oficial, jaja. Igual les compré una polera.) (Probablemente no se ve, pero John se dibujó bigotes :))


Otra cosa que ocurrió, que personalmente siento que fue algo que me cambió el 2015, fue una obra de inglés que hicimos en el colegio. Yo hice del Joker. Ahora, he visto el video y mi actuación es pésima, pero recuerdo que cuando terminó la obra tanta gente se me acercó a felicitarme/saludarme, apoderados de mi colegio que no conocía, mis profesores, y mis padres de verdad estaban sorprendidos, no se podían creer que yo hubiera hecho eso, y no sé. Fue algo que de verdad me hizo feliz. Por más que yo diera asco, todo el proceso y el resultado me hizo feliz. Los dos meses de ensayos, ver a mis compañeros preparar la coreografía, todo es una de las pocas cosas del colegio que creo que recordaré y me alegraré, sentiré nostalgia. 

No sé, no creo, que actuar sea lo mío, pero debo admitir que lo disfruté tanto, y que ya antes siquiera de saber que tendríamos que participar en una obra, me había empezado a plantear estudiar algo relacionado con el cine (ya sé, teatro y cine no es lo mismo), algo sobre dirigir o escribir. No lo sé, no sé qué quiero todavía, no sé si veo el teatro o el cine como viable para mí, (últimamente le he dado vuelta a la idea de diseño gráfico, pero ya veremos en una semana qué es lo que pienso), pero sé que me hizo realmente feliz.


Empecé a escribir un journal a finales de Noviembre, por cierta cosa que pasó y que necesitaba escribir. Escribo cualquier pensamiento que se sienta importante, o que no me deje tranquila, y me parece una buena forma de desahogarme, o de calmar mis inquietudes, o de decir cosas que no puedo en la vida real, o simplemente de reflexionar. No escribo todos los días pero sí regularmente, y espero que sea un hábito que se mantenga este año, yo creo que es algo que seguiré haciendo por un tiempo.

Este es el diario que estoy usando. Lo tengo desde hace mil años, me lo compraron cuando era chica (algo que no ha cambiado: me siguen encantando los cuadernos, pero intento no comprar porque nunca los uso) y escribo por la "parte de atrás", porque mi yo de 6 o 7 años había empezado a escribir pero nunca continuó. Hasta ahora llevo más páginas que mi yo de 6 o 7 años.

Creo que eso fue, en resumidas cuentas, mi 2015, ¿qué tal el suyo? ¿Qué resoluciones tienen para este año?

Nos leemos en el siguiente post, sea eso en cinco minutos más o en cinco años.

Paz.
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